contingencias diarias personales e inexactas.

Hoy salí del metro lo vial, como lo hago a diario. Camine por la angosta y poco concurrida calle Blanco viel hasta mi casa, como lo hago a diario. Hoy como anécdota especial saque algunas fotos de imágenes que me parecieron interesantes de graficar y hacer perdurar en el tiempo. Entre al condominio, camine el trecho de siempre, tome el ascensor y como todo los días desempaque las llaves de mi bolsillo derecho del pantalón de tela negro que andaba trayendo. Busque las llaves en el bolsillo de siempre, la búsqueda fue exitosa, levante levemente mi brazo con una intencionalidad de 90° grados y lo deslice sutilmente hacia la cerradura habitual perteneciente a la puerta de mi departamento, comencé a dar vuelta la llave para tratar de abrir la puerta con la disposición habitual y el esfuerzo fue en vano. Intente e intente sin recibir el fed back “puertistico” el cual me permite entrar a mi hogar. Lo primero y más obvio que pensé fue: La Ely (la nana) dejo las llaves puestas por dentro (esto fue al mismo tiempo que de seguro mi nivel de ansias de estrangular a alguien subía tan rápido como las cebollas y el pan). DE ahí y en los minutos que siguieron, mi mente se lleno de palabras indecorosas de cómo uno debe referirse a la gente en momentos de IRA. Pensé en las posibilidades y en las condiciones que estaban a mí alcanzar, y después de eso pensé que la única opción de poder entrar a mi hogar era con la ayuda de un ROL urbano: CERRAJERO. Antes de llamar a dicha persona subí a mi departamento para intentar abrir la puerta por última vez, así como si la magia comisca de la vida me fuese ayudar a que la puerta se abriera. Nuevamente busque las llaves en el bolsillo de siempre, la búsqueda fue exitosa otra vez, levante levemente mi brazo con una intencionalidad de 90° grados y lo deslice sutilmente hacia la cerradura habitual perteneciente a la puerta de mi departamento, comencé a dar vuelta la llave para tratar de abrir la puerta con la disposición habitual y EUREKA ; el gran problema de mi disposición habitual es que la vez anterior había girado la llave para la derecha, olvidando la LEY UNVERSAL de que para poder abrir una puerta hay que girar la llave para el lado izquierdo y quitarle el seguro primero. Es así como cuando se olvidan las leyes universales básicas de procedimiento estamos expuestos situaciones que nos sacan del ROBOT diario de hacer cosas y que la vida se deslice por un tubo sin ninguna traba aparente. Es Cuando la puerta no me abre, que pienso en el proceso mecánico de poner la llave y girarla, es ahí cuando me doy cuenta que hacer actos repetidos pasan por alto el PENSAR en lo que se esta haciendo realmente. Es cuando se QUIEBRA el proceder de la RUTINA que nos damos cuenta que somos seres PENSANTES y no somos un proceder mecánico de situaciones repetidas aparentes a la vista.