Pequeña reflexión de lo constituyente


Podemos decir que las industrias culturales se mueven bajo las lógicas de mercado, de maximización, y de internacionalización.
Las industrias culturales, y en su mayoría funcionan a través de grandes consorcios transnacionales, los cuales, en el claro ejemplo de Latinoamérica, ocupan en gran medida un espacio totalmente considerable de la producción en la industria cultural. Estas transnacionales que llevan su productos culturales y que ocupan la mayor cantidad del mercado en todo los países del mundo, van dejando cada vez menos espacio para “lo local”, y por ende las culturas localistas cada vez más se van nutriendo de productos de la industria cultural que muchas veces poco tienen que ver con los intereses propios de cada nación.


Es así y como nos plantea Néstor García Canclini, se van creando estas culturas híbridas, poco definidas, en donde lo internacional esta tan arraigado a lo propio, que nos es difícil lograr descifrar lo que realmente nace de nuestras propias transformaciones históricas y sociales, y cuales elementos vienen de afuera. Las empresas trasnacionales que producen y ponen en el mercado los productos de la industria cultural planteados anteriormente, se convierten en agentes monopolizadores a nivel mundial, creando culturas nacionales totalmente uniformes y que el único fin que mueve la creación de elementos de la industria cultural vendrían siendo las lógicas de lo rentable, y de lo económicamente sustentable.